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Mi padre descansa en el Señor – Un hijo de Dios con debilidades humanas..., con corazón recto y perfecto para con Dios.

 

Papito fue un padre ejemplar.  Vivirás eternamente en mi memoria...

            porque jugaste conmigo

            por hacerme reír tanto y en tantas ocasiones

            por tan grande deseo de que yo fuera feliz

            por creer en mí

            por todos tus buenos consejos

            por todos los estudios bíblicos, con el propósito de traer a otros a los pies de Jesús      

(al escucharte de casa en casa – yo aprendía la verdad de la Biblia y aprendí muchos versículos de memoria)

por enseñarme a amar el trabajo honroso

por arroparme en la noche, cuando la sábana se me caía al piso (todavía se me cae)

por subirte a un pequeño árbol conmigo hacen menos de dos semanas atrás

por enseñarme a depender de Dios (siempre recuerdo que al poner cada una semilla en el suelo, en un hoyito, tanto tú como Mamita siempre dicen “Señor esto es todo lo que yo puedo hacer, el resto es todo tuyo”.)  Recuerdo el rostro tuyo y también el de Mamita lleno de gozo al cosechar los frutos de la tierra y agradecer al Dios del cielo

por el gusto con el cuál comías las comidas ricas de Mamita (excepto cuando ya por restricción de tu dieta decías que estaba sosa.  Pero siempre preferiste la comida de Mamita)

por tu grande amor

por lo mucho que amaste a Mamita.  Te sentías feliz y completo si ella estaba a tu lado. (“Lola, ¿qué haces?... Lola, ¿qué vas hacer?... Lola, vente conmigo... ) Te vi mirándola, te vi besándola...

por llevarme a pasear por la isla (excepto el día que me quedé con Mamita quien recuperaba de una cirugía.  Recuerdo la canción que compusiste para mí después de cada estrofa que terminaba diciendo: “pues por quedarme con Lola te perdiste el paseo”

por todos los viajes que tú y Mamita hicieron para llevarme a estudiar a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.  Por todo tu interés y tu apoyo en mis años de estudio

por darme ánimo para afrontar los sinsabores de la vida, siempre estuviste presente – nunca me fallaste

por que en los tiempos de mi niñez tanto tú como Mamita me enseñaron a respetar el culto y el tiempo de adoración.  Porque un día después de una explicación recibí un fuerte chancletazo – recuerdo el estilo y el color de la chancleta, pero también recuerdo tu explicación.  La ocasión fue el culto para recibir el santo Sábado del Señor

por llevarme los domingos de costumbre a comer mantecado en los chinos en Bayamón

por tus abrazos fuertes y tus suaves besos en la frente

por todos tus dichos, tus historias y tus cuentos a través de mi vida que tu repertorio era interminable y me lo comprobaste en las dos semanas gloriosas que pasé contigo el mes pasado

por amarme y por tu eterno deseo de que yo tuviera una relación directa con Dios y una confianza plena en el Rey del Universo

por entregarme virgen cuando me casé y por aceptar a Tony como hijo

por los viajes que hiciste a Estados Unidos, incluyendo asistir a mi graduación en Andrews, porque siempre me apoyaste en todo

Siempre recordaré nuestra última conversación telefónica, me diste una santa bendición para mí, Anthony, Zuri, Pablo, Lynette y Tony

Gracias Papito del alma

Papito, por todo esto y  mucho más Te Amo.  Tú vivirás eternamente en mi memoria.  Hasta Pronto, padre querido.

 

                                                                                    Letty

                                                                                    6 de agosto de 2002